Como parte de este proyecto de I+D, la línea de producción de AGC de vidrio impreso situada en Barevka, en la República Checa, se ha renovado por completo y se ha convertido en una línea de alto rendimiento y vanguardia, que ha quedado 50 % electrificada y 50 % alimentada con una combinación de oxígeno y gas. Este nuevo horno funciona como prueba de concepto diseñada para demostrar su aplicación en grandes hornos de vidrio flotado. El proyecto de I+D recibió financiación del Fondo de Innovación de la Unión Europea.

El objetivo del proyecto fue diseñar y construir un novedoso horno híbrido para vidrio que combinase la fusión eléctrica y la combustión de oxígeno y gas. El diseño integrado ofreció una alternativa a la industria del vidrio plano, que dependía principalmente del gas natural. Este horno altamente electrificado ha proporcionado una solución más rentable y escalable para reducir las emisiones de CO₂ de la industria del vidrio plano en comparación con otras alternativas limpias, como la combustión completa de hidrógeno limpio. El nuevo diseño se probó en colaboración con Saint-Gobain en el horno de vidrio impreso de AGC en Barevka (República Checa). El horno híbrido ha logrado reducir las emisiones de alcance 1 y 3 de la planta piloto en un 75 % en comparación con el escenario de referencia.

Esta tecnología pionera ha consistido en una fusión totalmente eléctrica y en la combustión de oxígeno y gas, combinadas en un horno integrado. Esto ha permitido una tasa de electrificación del 50 %, garantizando al mismo tiempo los altos estándares de calidad necesarios para el vidrio float. Además, se fortaleció el modelo de sostenibilidad del proyecto al sustituir materias primas por vidrio hasta en un 100 % reciclado.

El sector del vidrio plano genera anualmente en Europa aproximadamente 4,6 millones de toneladas de CO₂ equivalente de emisiones directas (aproximadamente un 75 % de la combustión de gas natural y un 25 % de las materias primas). Por lo tanto, el nuevo horno reduce las emisiones relacionadas con la energía, lo que se traduce en una reducción de emisiones de más de 193 000 toneladas de CO₂ equivalente durante los primeros diez años de funcionamiento.

El proyecto contribuye a los objetivos europeos establecidos en la comunicación REPowerEU, reduciendo el consumo de combustibles fósiles en la industria y el transporte mediante tecnologías innovadoras y electrificación.

Asimismo, tiene un impacto socioeconómico positivo a nivel regional. Si bien la planta de Barevka produce unas 90 toneladas de vidrio al día, el proyecto demostró un gran potencial de escalabilidad mediante la adopción de la tecnología en plantas de producción más grandes (entre 600 y 800 toneladas diarias).

Además, se identificó un importante potencial de replicación en toda Europa, ya que la industria produce unos 9 millones de toneladas de vidrio al año y es un proveedor clave para los sectores de la construcción, la automoción y los bienes de consumo. Por lo tanto, la tecnología ha impulsado los esfuerzos de descarbonización de sectores críticos (construcción y automoción), a la vez que salvaguarda la competitividad de la industria del vidrio plano de la UE.